Evaluación con estándares

Acerca de cómo los estándares de competencia determinan la evaluación de capacidades en el ámbito laboral.

En la formación profesional llevamos años de entrenamiento en esto de "evaluar por competencias". Nos encontramos en ese momento en que un nuevo #sistemaintegrado de #FP comienza a desplegar y podemos dar un poco de luz a algunas cuestiones del pasado, basadas en lo que supuso desde el año 2008 la irrupción en la FPE de la evaluación de certificados de profesionalidad. Leo y escucho ideas asociadas a la interpretación normativa, todos y todas las tenemos, y al "cómo" articular un modelo flexible y capitalizable que permita trazar itinerarios profesionalizadores mediante la acumulación de competencias, de orden y nivel ascendente (o esa es la idea subyacente, que la población activa alcance de forma progresiva y mayoritaria estudios postobligatorios) que permitan el acceso al empleo.

La primera noción es que la evaluación es el "proceso sistemático de recogida de información objetiva que fundamenta un juicio de valor para la toma de decisiones". Si trasladamos este concepto al aprendizaje, una evaluación tiene que tener unas especificaciones técnicas que la doten de validez, objetividad y fiabilidad (como mínimo) y que se concreten en instrumentos de evaluación, que debemos diferenciar de las pruebas. Así; entendemos la validez como la correspondencia entre lo que se tiene que medir y lo que se mide realmente. Entendemos la objetividad como lo perteneciente o relativo al objeto de evaluación, sin interferencia de lo que se piensa o siente. Y la fiabilidad se refiere a la precisión con la que un instrumento de evaluación recoge la medida de lo que pretendemos evaluar. Una prueba de evaluación es fiable en la medida en que la replicamos a distintos alumnos, manteniendo las condiciones, y sus resultados son los previstos.

• ¿Qué tenemos qué medir para que una prueba sea válida? La consecución de los objetivos previstos; estaremos (casi) todos de acuerdo. ¿Y dónde recogen los grados A, B y C, que emanan de los D, los objetivos de aprendizaje de la competencia profesional?, ¿y cómo los ajustamos a los estándares de competencia? Pues he aquí el primer eslabón de la programación didáctica, los estándares son objetivos de aprendizaje en el contexto profesional y medimos en base a ellos; sino estaremos midiendo y evaluando "otras cosas". En este punto debemos profundizar sobre un aspecto puramente teórico de lo pedagógico y lo andragógico, y que parece en desuso (por los resultados en el nivel), que es la interpretación taxonómica de los objetivos: dominios cognitivo, procedimental y actitudinal...el saber, el saber hacer, el saber ser/estar. Absolutamente todos los programas formativos, basados en estándares de competencia, contienen estas formulaciones...o se interpretan y se plasman en la evaluación o ésta dejará de medir algún aspecto de la competencia profesional. O se interpretan y se plasman en el nivel jerárquico del objetivo o estaremos bajando el nivel de la competencia profesional a evaluar.
• ¿Cómo objetivamos una prueba? Con el instrumento. De la interpretación taxonómica se derivan orientaciones para las pruebas de evaluación y, sobre todo, para una correcta estandarización de los instrumentos de evaluación.
• Fiabilidad. Pongamos un ejemplo. Familia profesional marítima-pesquera. Lugares de impartición: cualquier lugar de la costa gallega y cualquier lugar del mediterráneo. Si un alumno en la costa mediterránea, ante una simulación de una marejada gallega, no tiene la capacidad de actuar bajo los procedimientos requeridos en esa situación para llevar a cabo la evaluación de su competencia, esa prueba no es fiable.

La segunda noción básica de evaluación de estándares de competencia es que sin la adquisición de las competencias de las RA de los grados A no hay progreso hacia el grado B. E igualmente sucederá de los B a los C. E igualmente sucederá de los C a los D.

Y la tercera noción básica de evaluación de estándares de competencia es que el referente siempre será criterial y no normativo. El referente normativo de la evaluación establece la puntuación de corte del aprobado en la distribución normal de las puntuaciones del alumnado; el referente criterial se basa en estándares donde el docente determina el nivel del criterio de evaluación en base a la interpretación del nivel taxonómico del objetivo (esto no es subjetivo, para nada) y determinar "¿dónde está el 5 para todo el alumnado?".

Os pongo un ejemplo (bastante burdo pero muy gráfico). Como todos mis alumnos de un grado de panadería queman el pan, el aprobado bajo referente normativo de la evaluación está en que no lo "chamusquen" demasiado y sea "mínimamente" comestible. Posiblemente esos alumnos precisan un cambio metodológico para que en los tiempos determinados por el grado consigan adquirir la competencia bajo un referente evaluativo criterial.

Esto es sólo una pequeña introducción a la significancia de la evaluación por competencias: ¿Qué es evaluar y cuál es el papel del docente bajo estándares de competencia profesional?