Placebos verdes
Este tema de la crisis climática nos trae a todos de cabeza y no lo digo solo por los efectos drásticos que todo el planeta está experimentando. Me refiero al dolor de cabeza de muchas empresas, grandes y pequeñas, que se afanan por llevar a sus reportes anuales acciones de responsabilidad ambiental y no pasan de una siembra aqui o una limpieza de playas allí que solo sirven para los contenidos y campañas de comunicación.
Ya es tiempo de hablar claro y diferenciar qué es y que no es Sostenibilidad Ambiental o Responsabilidad Ambiental. La gravedad de la crisis obliga a pasar de acciones superficiales y ocasionales como hacer limpiezas de playa o siembras de árboles a plataformas estratégicas que se originan en un anålisis de los impactos que la empresa genera y de sus riesgos vinculados al medio ambiente. El llamado "green washing" ya no pasa desapercibido en los reportes anuales de sostenibilidad.
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Atrás quedaron los tiempos en los cuales una empresa podía contaminar impunemente un río, verter aguas residuales al mar o contaminar el aire con chimeneas de partículas tóxicas. Fuera de que se le aplique la ley si lo hace, existen millones de ojos que a través de las redes hacen visible su violación, y la sociedad les pasa factura.
El consumidor está cada vez más informado y el circo verde de los pseudoambientalistas ya no es suficiente. Lo bueno es que nuestras aulas se están llenando de cátedras sobre sostenibilidad y ejecutivos de todos los niveles se están educando. La palabra está de moda y nos enseña a preservar recursos para futuras generaciones, pan para mayo, como decían los abuelos. El placebo verde ya no funciona. Nuestros recursos naturales requieren tratamientos firmes a largo plazo y de aplicación inmediata sobre todo en un país-media-isla que vive de un turismo afianzado en sus bellezas naturales.