?QUIÉN EECUERDA A JORGE MANRIQUE?

?QUIÉN EECUERDA A JORGE MANRIQUE?

Me pregunto si los españoles somos conscientes de la categoría –grandeza, podríamos decir mejor- de nuestra literatura.

Si preguntásemos por ahí a la gente, ¿cuántas personas dirían que sí saben quién fue Jorge Manrique?, ¿quién era Francisco de Quevedo? Y, así, con Garcilaso e de la Vega, Fernando de Rojas o Luis de Góngora.

Considero que conocerlos, así como saber dónde nace el río Tajo o por dónde pasa el Duero es   un modo de ser buen español.

No es la nacionalidad ni el documento de identidad, sino el nacimiento, la herencia de siglos, el carácter, el lenguaje, la tradición, la geografía. Todo ello nos configura; a unos más y a otros menos, según el conocimiento mayor o menor de lo hispano.

Jorge Manrique nació en Segura de la Sierra (Jaén), donde su padre -don Rodrigo – a quien dedicó las famosas Coplas a la muerte de su padre que, en 1440 era el Comendador de Segura.

Los Manrique fueron protagonistas de las mayores hazañas durante el siglo XV en Castila Partidarios de los Infantes de Aragón; fieles a Isabel y Fernando; participaron en las dos batallas d Olmedo y en las de, Ajofrín, Ocaña, Toro, Utiel, Alcaraz...

Jorge Manrique murió dos días después de ser herido en el asalto al castillo de Garcimuñoz, frente a las tropas del Marqués de Villena, cerca de Santa María del Campo Rus, Cuenca, en 1479.

Una vida breve -39 años- que dedicó a la guerra, el amor, la familia, a la lealtad y el servicio de los reyes de Castilla.

«Recuerde el alma dormida, / avive el seso y despierte, / contemplando /cómo se pasa la vida, / cómo se viene la muerte / tan callando»,

Las estrofas de pie quebrado que, antes había empleado su tío Gómez Manrique, conceden a sus versos claridad, ritmo ligero a un poema que es un tesoro de conocimiento y experiencia sobre las cosas que pasan..

Conocía la historia de Grecia y Roma, la de Castilla: «¿Qué se hizo el rey don Juan? / Los Infantes de Aragón,/ ¿qué se hicieron?/ ¿Qué fue de tanto galán, / qué de tanta invención que truxeron/ (…) ¿Qué se hicieron las damas,/ sus tocados e vestidos/ sus olores? / ¿Qué se hicieron las llamas encendidas / de amadores? / ¿Qué se hizo aquel trovar?».

Si atendemos a la rima asonante encontramos relaciones entre palabras que nombran las cosas más dispares: corporal –arrabal (8); reparo – claro; heredero – halaguero (18); ): guerra – tierra (28); gente – valiente (25); cierta – puerta (33); mezquina – divina (38); ); chicos - ricos (8); gloria- memoria (40); halago – trago (34); damas – llamas (17); devaneos – torneos (16): eras – cimeras (16). Y muchas más.

Refiriéndose a la muerte su padre, terminan así las Coplas: «Dio el alma a quien se la dio / el cual la dio en el cielo,/ en su gloria, / y aunque la vida perdió / nos dejó harto consuelo / su memoria».

Quien desee ser muy español: estudie, piense, recuerde que es imponente la grandeza que nos precede.

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