Reflexiones sobre el Cambio: Aprender del fracaso en el cambio (Parte 10)

El cambio es un proceso intrínsecamente complejo, lleno de expectativas, incertidumbres y, muchas veces, resultados inesperados. Tanto a nivel personal como organizacional, el fracaso forma parte del camino. Sin embargo, lejos de ser un final, cada fracaso ofrece una oportunidad invaluable de aprendizaje, autoevaluación y crecimiento.

El fracaso en el ámbito personal: aprender a levantarse

Cuando mi esposa Paola falleció, mi vida dio un giro drástico. Pasé de ser un esposo amoroso, comprometido con nuestra relación y nuestra familia, a convertirme en un padre soltero que debía cargar con todo el peso emocional y práctico de la pérdida. Este cambio me enfrentó a una realidad que no pedí ni esperaba, y aunque logré encontrar nuevas formas de adaptarme, hubo momentos en los que mis esfuerzos por avanzar no salieron como esperaba.

En mi camino hacia la reconstrucción de una vida llena de sentido, decidí abrirme a nuevas relaciones con la esperanza de, algún día, construir un nuevo hogar. Sin embargo, aunque esos acercamientos resultaron en bonitas amistades y aprendizajes profundos sobre mí mismo, no lograron cumplir mis expectativas iniciales. En lugar de construir algo romántico, encontré espejos que reflejaban aspectos de mí que aún necesitaban ser transformados. Aprendí que parte de aceptar este nuevo capítulo de mi vida no era solo avanzar hacia el futuro, sino también trabajar en las piezas que aún debían ajustarse dentro de mí.

El aprendizaje no se detuvo ahí. Incluso en mi relación con mi hijo Tomás, que siempre había sido mi mayor prioridad, enfrenté errores. Durante este periodo de transición, y sin darme cuenta, empecé a ser más exigente con él, esperando de un niño de 10 años más de lo que era razonable simplemente porque nuestra dinámica había cambiado. Esto no fue un fracaso en el sentido tradicional, pero sí una falla que, al identificarla, pude corregir. Entendí que ser un buen padre en estas nuevas circunstancias requería ser aún más consciente de mis acciones y expectativas, recordando siempre que él también estaba adaptándose a este cambio de vida.

El fracaso en el ámbito organizacional: experimentación y mejora continua

En el mundo organizacional, el fracaso no solo es común, sino que también puede ser estratégico si se maneja correctamente. En Lean Solutions Group , liderando el área de Digital Change Management, hemos adoptado un enfoque que no solo acepta el fracaso, sino que lo incorpora como una herramienta para mejorar nuestras estrategias de cambio.

A través de nuestra certificación en Change Management 4.0 con Change Americas , hemos aprendido a ver nuestras iniciativas como experimentos. Cada estrategia que implementamos es evaluada cuidadosamente, midiendo impactos y resultados con el objetivo de iterar y mejorar continuamente. Esta mentalidad ágil, que llamamos Change Management Scrum, nos permite trabajar de manera semanal o "sprint tras sprint," priorizando tareas, midiendo avances y ajustando rápidamente según sea necesario. Esto no solo minimiza el riesgo de fracasos costosos, sino que también convierte cada error en una oportunidad para avanzar hacia la adopción esperada del cambio.

Sin embargo, no todos los fracasos en una organización son menores. Hay casos en los que decisiones estratégicas, tomadas de forma apresurada o con información insuficiente, generan resistencias significativas, sobrecostos o incluso la necesidad de revertir el cambio. Aunque estas situaciones pueden ser difíciles, lo más valioso que pueden dejar es la documentación de las lecciones aprendidas. En nuestro equipo, consideramos estas lecciones como un activo estratégico que debe socializarse y tenerse en cuenta para futuras decisiones.

Evidenciando fracasos tempranamente

Identificar posibles fracasos a tiempo es crucial para reducir su impacto. A continuación, algunos indicadores y estrategias útiles:

1. Falta de compromiso o resistencia persistente Si las personas clave muestran resistencia constante o falta de compromiso con un cambio, puede ser una señal temprana de que algo no está funcionando.
2. Resultados iniciales que no cumplen las expectativas Cuando los primeros indicadores de desempeño no reflejan el impacto esperado, es probable que existan problemas en la ejecución.
3. Comunicación poco efectiva o confusa Si el cambio no se entiende claramente, las personas pueden sentirse desorientadas o desconectadas.
4. Sobrecostos o desvíos en los plazos Retrasos continuos o gastos inesperados pueden ser un signo de planificación deficiente.
5. Falta de respuesta a feedback Si las preocupaciones de los equipos no son atendidas, pueden aumentar la desmotivación y la resistencia.

Cómo sacar provecho del fracaso

Cuando el fracaso ocurre, la clave está en transformarlo en aprendizaje. Algunas estrategias:

1. Documentar las lecciones aprendidas Crear reportes que detallen lo sucedido, las causas y las acciones correctivas. Este documento debe ser accesible y considerado en futuras decisiones.
2. Socializar el aprendizaje Compartir abiertamente las lecciones aprendidas fomenta una cultura de transparencia y mejora continua.
3. Iterar rápidamente Usar frameworks como Scrum permite experimentar con soluciones ajustadas, priorizando las áreas de mayor impacto inmediato.
4. Promover una mentalidad de resiliencia Reforzar la idea de que el fracaso es parte del camino, no el final. Esto ayuda a los equipos a recuperar la motivación y continuar avanzando.

El aprendizaje como resultado más valioso

En ambos contextos, personal y organizacional, los fracasos no definen nuestro destino, sino nuestro proceso. Aprender del fracaso requiere humildad para aceptar que algo no salió como se esperaba y valentía para reflexionar sobre ello.

El fracaso, cuando se enfrenta con apertura y determinación, se transforma en un catalizador para el crecimiento y la resiliencia. Al final, no se trata de evitar los fracasos, sino de usarlos como peldaños hacia algo más grande.