Los países que emiten su propia moneda soberana no pueden quebrar, ¿y la UE?

Los países que emiten su propia moneda soberana no pueden quebrar, ¿y la UE?

La TMM dice -fruto de asumir los supuestos del Chartalismo- que los países que ejercen monopolísticamente la emisión de su moneda soberana no pueden quebrar porque la emisión no lo permitiría, siempre atendiendo a la combinación de instrumentos de gestión monetaria y sus efectos para no provocar inflación. No lo dice sólo la TMM, lo han dicho los responsables de la Reserva Federal: Rulm, Greenspan, Bernanke, también Draghi respecto al BCE y hasta Trump (hay vídeos en los que se les puede ver y escuchar manifestándose en este sentido). Cuando los billetes eran el medio de pago generalizado y los ciudadanos pagaban sus impuestos presencialmente en la Administración Fiscal americana observaban con sorpresa como el funcionario de turno destruía los dólares en una máquina dedicada para esa función tras hacer el apunte correspondiente. La sorpresa venía porque los americanos esperaban que esos billetes se fueran a la Reserva Federal para los pagos del Estado, pero no tiene ningún sentido si los dólares los podían emitir de nuevo cuando quisieran y desde hace años, directamente desde un ordenador con una anotación en cuenta. La explicación es simple: un Estado no se gestiona como un hogar, un ayuntamiento o una autonomía que no emite y tiene que sujetarse a un presupuestos de ingresos y gastos.

En nuestro caso, la emisión de dinero la tenemos centralizada en el BCE aunque éste utiliza a los bancos centrales de cada miembro de la UE para ejecutar sus políticas incluida la emisión física de moneda y billetes, aunque los verdaderos creadores del dinero en la actualidad son los bancos comerciales con el proceso de préstamo-depósito y un coeficiente de caja del 1%. Esta función está controlada por los bancos centrales mediante las reservas de los bancos en el BCE, el interés que les pagan por sus depósitos a los bancos y una labor de inspección local, pero está claro que cuando un cliente solicita un préstamo y muestra su solvencia, se lleva el préstamo y el depósito correspondiente exista o no cupo suficiente. Cuando los bancos comerciales están en fase expansiva, la captura de depósitos está servida para poder seguir con su operación sin tener que ampliar reservas. El tipo oficial de interés y la tasa de facilidad de crédito sirve al BCE como riendas para la gestión de la oferta monetaria de los bancos comerciales, ya que si el BC paga un 3,75% para sus depósitos, los bancos se sentirán poco motivados para buscar su rentabilidad con riesgo si la pueden tener asegurada sin riesgo.

Respecto a la capacidad de emisión del BCE para todos los países de la UE (por ejecución directa de moneda y billetes, gasto del gobierno o por facilitar la creación del dinero bancario), es un tema a analizar. Tener una emisión de dinero compartida para varios países es muy complicada partiendo del origen de la UE y que sus miembros no tienen la misma ponderación en las decisiones de políticas económicas. No obstante, el BCE ya ha demostrado que cuando hace falta dinero lo proporciona, pero no como un BC de un país haría sino a través de compra de deuda. Aunque, como pasa con la Reserva Federal y los diferentes estados norteamericanos, hay un pacto de emisión para cada miembro de la UE.

La Expansión Cuantitativa (Quantitative Easing) que creíamos que estaba orientada a provocar que los bancos se vieran obligados a conceder préstamos, finalmente cumplió la función de depurar activos tóxicos de los mismos, asumiendo el BC el riesgo que contenían. Está claro que si los países miembros del sur de Europa tenemos la prima de riesgo por debajo de 100 es porque el BCE así lo procura. La QE en principio, no genera inflación puesto que no sale del entono bancario sin llegar al mercado, pero siembra buenas expectativas en la economía.

Si un país del Sur o varios de ellos (Portugal, España, Italia o Grecia), necesitáramos una mayor oferta monetaria de forma continuada y fuera de una situación especial, los países de centro-Europa posiblemente se negarían o implantarían un euro de segunda división como se pretendía en un inicio. Por este motivo, hay cada vez más voces que proponen recuperar la capacidad de emisión para su país. El uso de las monedas digitales -también el euro digital- facilitaría ese proceso de recuperación de la capacidad de emisión de forma gestionada. Hago constar que la TMM no proponen salirse de la UE como mercado común, pero sí del euro. Como en tantos aspectos de la economía, todos los miembros no somos iguales.

La verdadera causa del Brexit fue esta y el causante fue la UE cuando le dijo al Reino Unido que debía adoptar el euro y abandonar la libra esterlina, cosa que no querían porque suponía perder la capacidad de decisión monetaria. Esta es la verdad, el resto son acciones de comunicación de ambas partes.

Rafael Oliver - https://TMMparadiestros.es

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