YO CREO EN LA INTELIGENCIA «NATURAL»

YO CREO EN LA INTELIGENCIA «NATURAL»

«La mayor parte de los hombres tiene una capacidad intelectual muy superior al ejercicio que hacen de ella».

José Ortega y Gasset (1883-1955)

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Como ya anuncié en mi post anterior, he dedicado esta semana a leer un libro excepcional (De la sabana a Mart: L'economia de la intel.ligència natural -Rosa dels Vents, 2023-) de un autor extraordinario, en su sentido literal, el Dr. Xavier Sala i Martín.

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Desde que tengo uso de razón hay dos características humanas que admiro, la inteligencia y la capacidad de trabajo. De ahí mi fascinación con personajes tan diversos como José Antonio Marina, Víctor Cerrudo Higelmo, Gregorio Luri, Marian Rojas Marcos, Héctor Ruiz Martín o Natharet Castellanos (por citar solo unos cuantos ejemplos emblemáticos), de los cuales cuando uno devora sus interesantísimas obras, y consulta sus bibliografías, se percata que ¡lo han leído todo! El economista Sala i Martín, es uno de esos tipos. Según él mismo cuenta, después de asistir en 2018 a una ponencia del profeta apocalítico Yuval Noah Harari decidió estudiar neurociencia en profundidad, así como los entrecijos de la inteligencia artificial y, en tan solo cinco años, se ha convertido en un auténtico experto. Y lo mejor: ha decidido compartir generosamente su sabiduría con tod@s nosotr@s a partir de dos voluminosos libros, de lectura más que recomendable, obligada, si aspiramos a entender el mundo en el que vivimos y, sobre todo, el que está por venir. El segundo (L'Economia de la Intel.ligència Artifical), todavía está en el horno, pero promete mucho.

Inteligencia Natural vs. Inteligencia Artificial (IA)

«Algunas personas llaman a esto inteligencia artificial, pero la realidad es que esta tecnología nos mejorará. Entonces, en lugar de inteligencia artificial, creo que aumentaremos nuestra inteligencia».

Ginni Rometty

Según la gran mayoría de l@s expert@s, de José Antonio Marina a Daniel Kahneman, se ha impuesto el modelo dual de la inteligencia humana, en el que esta se presenta a dos niveles: el inconsciente (inteligencia generadora o Sistema 1), y el consciente (inteligencia ejecutiva o Sistema 2).

Ignoramos, en palabras de John Bargh (dado que no es consciente) por qué hacemos lo que hacemos, o por qué sentimos lo que sentimos y, ni siquiera, por qué pensamos lo que pensamos.

Nuestro inconsciente genera continuamente ocurrencias, que no sabemos exactamente de dónde surgen. En este sentido, se parece muchísimo al tan cacareado Chat GPT, que es capaz de escribir textos verosímiles sin «ser consciente» de lo que está ideando.

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Sin embargo, cualquier persona que lo haya empleado se ha percatado que una vez obtenido el texto redactado por la IA, el output debe ser verificado, arreglado e incluso rectificado, por un ser humano, es decir, por una inteligencia ejecutiva «consciente».

Es importante notar que las estimaciones de l@s neurocientíficos indican que este segundo nivel de nuestra inteligencia que aflora y ve la luz, supone tan solo el 5% del iceberg.

Pero no debemos dejarnos influir por la expresión «tan solo», de manera que se imponen dos importantes puntualizaciones:

1º. No se puede despreciar este 5%, porque es el que nos hace humanos. Nos permite hablar, entender y tomar buenas decisiones.

2º. No podemos vivir tampoco de espaldas al 95% de nuestra inteligencia, y no usar su enorme potencial para aprender. Si nos admira (e incluso asusta) la gran capacidad de engendrar textos del citado Chat, es ridículo ignorar nuestra propia capacidad de generar ideas a partir de este enorme telar que es nuestra inteligencia inconsciente.

Debemos, por consigiente, investigar cómo educar cada una de estas dos inteligencias propias de nuestro cerebro en aras de sacarle el máximo partido, y teniendo muy en cuenta que aprenden de maneras diferentes, pero que se retroalimentan.

Lo mismo debemos hacer con la IA, es decir ponerla al servicio nuestro para mejorar nuestras habilidades cognitivas.

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Qué duda cabe que los ordenadores nos han posibilitado a tod@s, por ejemplo, redactar mejor que cuando (los que tengan una edad me entenderán) teníamos que escribir a máquina. El procesador de textos nos permite en un breve espacio de tiempo revisar y corregir lo elaborado una y mil veces, lo que redunda en una mejora del estilo. Pero no solo eso, lo mismo que sucede con la calculadora a la hora de resolver problemas numéricos, las máquinas inteligentes, liberan nuestra memoria de trabajo, lo que nos permite comprender mejor y, por lo tanto, ser más lúcidos.

Aprender consiste en entender y recordar

«Todo lo que se llama estudiar y aprender no es otra cosa que recordar».

Platón (427 aC-347 aC).

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Dr. Carles Grau Fonollosa

Organizada por Euncet Business School, el pasado jueves 4 de mayo por la tarde, tuve la oportunidad de asistir a la Masterclass impartida por el eminente Dr. Carles Grau Fonollosa (neurocientífico y profesor honorífico de la Facultad de Psicología, ex Director del Laboratorio de Neurodinámica del Departamento de Psiquiatría y Psicobiología Clínica de la Universitat de Barcelona) que habló sobre las leyes del cerebro. Estuvo tajante al afirmar que nuestro cerebro solo aprende de una manera, y que todo lo demás (desde las inteligencias múltiples de Howard Gardner, a los estilos de aprendizaje -visual, auditivo y kinestésico- propuestos en 1978 por Rita y Kenneth Dunn) son mitos que no solo no son ciertos, sino que, en la medida en que se los crean alumn@s, maestr@s y profesor@s, pueden resultar contraproducentes.

«Entendemos -dijo- con la memoria de trabajo, y recordamos gracias a la memoria de largo plazo.» Aquella información que no se consolida en esta última memoria, no se convierte en verdadero conocimiento y, en consecuencia, no la hemos aprendido.

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En un momento dado, el Dr. Grau Fonollosa, hizo mención a las interesantísimas aportaciones de la Dra. Barabara Oakley a la ciencia del aprendizaje, y mostró uno de sus famosos esquemas sobre la memoria de trabajo.

Aunque he leído toda la obra de la Dra. Oakley y me he hecho eco de ella en esta misma tribuna...

...me había pasado desapercibido un elemento fundamental del citado esquema, que corrobora mi estrategia de instrucción de asignaturas numéricas: la memoria de largo plazo (MLP) es fundamental para mejorar la eficiencia de la memoria de trabajo (MT), en un círculo virtuoso ignorado por la gran mayoría de docentes y, desgraciadamente, por much@s pedagog@s.

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La metáfora del pulpo de la memoria de trabajo, ideada por la Dra. Barbara Oakley.

Las leyes que rigen la MT, Dr. Grau dixit, son que esta, de media, solo puede manejar 4 ítems de información a la vez, y que debemos presentarle los citados ítems en fila india, es decir, de forma secuenciada. De manera, que la MT es el embudo a superar para que la información pueda llegar a la MLP y convertirse en auténtico conocimiento. En cuanto saturamos la MT estamos perdidos: ni entendemos, ni aprendemos, por lo que la gestión de la carga cognitiva por parte de l@s docentes es esencial.

Sin emabrgo, nuestra MT tiene una estrategia innata para ser más eficaz: recurrir a la MLP para conferir significado a los inputs que recibe. El conocimiento, lo previamente memorizado, libera MT, y nos facilita la comprensión. He aquí el círculo virtuoso al que nos hemos referido más arriba. Aquellos ingenuos que creen que no es importante tener conocimientos, pues todo se halla en google, aquellos que piensan que memorizar no ayuda a entender (o a ser creativos), ignoran que sin una MT liberada (como nos libera la calculadora, o el procesador de textos) a los seres humanos nos cuesta mucho entender y dar significado (es decir, aprender) a aquello que estamos estudiando.

En definitiva, debemos llenar nuestra MLP de cuantos más conocimientos implícitos (es decir, inconscientes) mejor para evitar la saturación de la MT, que es el lugar desde donde entendemos, aprendemos, reflexionamos, resolvemos problemas y tomamos decisiones, o sea, todo aquello que le es inherente a nuetra inteligencia ejecutiva.

La IA, en consecuencia, debe erigirse en un supletorio de apoyo de nuestra inteligencia inconsciente o generadora que libere nuestra MT para ir mejorando nuestra inteligencia consciente o ejecutiva, que es la que nos convierte en seres privilegiados, capaces de, en tan solo 200.000 años, haber viajado de la sabana, donde competíamos con las bestias salvajes, a dominar el mundo e, incluso, llegar a Marte.

Aprovecho la ocasión para compartirles un Podcast que, por una absoluta y afortunada casualidad, he escuchado esta madrugada, cuando estaba, todavía en la cama, reflexionando sobre el presente post, que me había comprometido conmigo mismo a escribir, justo al levantarme, como cada sábado, a las 6 de la mañana.

Víctor C H

Creador del método VOVIP que elimina las faltas de ortografía desde los 4 años. Autor de "Manual práctico para enseñar a leer y escribir" de Toro Mítico.

1 año

Enorme. Un gran saludo.

Toni Laserna

Experto en Transformación digital en la Industria

1 año

Gracias Dr. Joaquim Valls por compartir tu conocimiento e inquietudes

Adolfo Montalvo Ph.D.

Independent Leadership Trainer and Pedagogical Advisor

1 año

Mucho que pensar Joaquim!!! Muy interesante!!! Merci!!!!

Gonzalo Morales Molina

Profesor Asociado en University of Barcelona

1 año

Gracias, Dr. Valls, estoy leyendo el libro del Dr. Sala Martín y lo encuentro apasionante, muy recomendable y de nuevo gracias.

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